Con lentes y sin lentes.










Mi ratona está muy enojada conmigo.

Aunque me ponga los lentes.

No sólo tuve la osadía de tener a Diego sino que además lo deje dormir en mi cuarto casi 4 meses, y ahora encima se le esta quitando lo bebé, y se está poniendo guapo y sonriente el muy hijo de su madre.

Pero lo que mas le caga a mi niña en este momento son sus putos lentes.

La odian mucho.

Y la verdad es que se desquita cada noche conmigo, con cada berrinche horizontal, con cada berrinche de caída libre y con cada berrinche de manoteo descontrolado.

Además hay algo más.

Un parche.

Un parche morado con amarillo que va en el ojo derecho durante dos horas en la noche.

Ella me dice,

- no me lo pongas ahí, ese es el ojo que está bien.

Ella ya sabe cual ojo es el bueno.

Me llena de asombro pero de verdad lo sabe.

La muy lista.

Esto me pone triste.

Las cosas demenciales que les pedimos a los hijos. Entiende porque no puedes quitarte los lentes, entiende porque te sientes mal con la calentura, entiende porque estás estreñida, entiende porque no puedes tomar leche de vaca, entiende y entiende y entiende.

¿Cómo carajos van a poder entender estas cosas?

Tiene 4 años.

No le toca entender nada de esto.

Yo no lo entiendo del todo.

Y me enfurece su ojo flojo.

Me enfurece que tenga que ponerse el parche que la hace lagrimear sólo de ese ojo.

Me enoja tanto que seguramente la próxima persona que se meta conmigo, tendrá que pagar.

Y en otro tema, parecido, yo necesite lentes para leer con muy poco aumento y en un sólo ojo.

Nunca me pude acostumbrar a usarlos y los abandoné.

Ahora los rescaté para acompañar a Juliana.

Pero resulta que ese mendigo defecto mínimo, creció.

Y ahora la que tiene cita con el oftalmólogo soy yo.

Cómo es la vida.

Con lentes.

Y sin ellos.

1 comment:

  1. Mi Reina preciosa... dile que digo yo que se ve hermosa con sus lentes puestos! ok? y qué bueno que ya retomaste tus escritos para saber de tu vida.
    Muchos besos horrorosa!

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