Putos cumpleaños.

Pavis me regalo de cumpleaños estos lentes nuevos – listos para estrenar - ya graduados y todo.

Un regalo de lo más práctico y espléndido, que sin duda se agradece mucho.

Pero no puedo evitar pensar lo que sigue… la cobijita para ver la tele, luego viene la ruana porque ya no solo son los pies y se empiezan a enfriar mucho los brazos… luego el teléfono con números inmensos porque cada vez uno ve menos, luego mucho sweater, perfumes y chocolates que me pondrán como piñata, al cabo de un tiempo más, piyamas de franela, pantuflas peludas, el pato y el pañal depend.

Pinches cumpleaños, pasaron de ser festejo a ser un mercado de lagrimas, o por lo menos el mío.

Día de muertos – literalmente - como dice Juliana.

Que si uno esta vieja, que si ha hecho todo lo que tiene q hacer, que si ha logrado cosas importantes (o por lo menos importantitas), que si tuvo los hijos demasiado tarde y es la mamá más grande de todas, que si hace una buena labor de madre, que si no tiene el éxito que debería tener a esta (muy mayor) edad, que si logrará cumplir todos sus sueños o si ya se hizo de noche para siempre, que si el anhelo máximo es tener una hortaliza y plantar unos buenos tomates.

(Lo de los tomates - he de confesar - que si me gusta).

No me puedo quejar de todo el amor que recibí, en persona y en Facebook. Y en ese paquete incluyo los regalos y festejos tan increíbles que me dieron todos mis seres queridos.

La verdad es que no tengo derecho a llorar tanto y tampoco debería ya hacerme tanta pregunta, pues llevo noches sin dormir - que se traducen en ojeras que me hacen ver mayor - y el círculo se pone muy, pero muy vicioso.

Creo que ha sido un año muy complicado.

Pero tengo mucho que agradecer.

Así que vengan los lentes, pues los pierdo constantemente y ya llegué al momento ese de la vida, en que me gusta tener un par en cada esquina.

Pero que quede claro,

Y for the record,

Pavis,

Es mucho mayor que yo.

A ti te llegará el depend primero.

Y lo sé,

Porque te lo voy a regalar yo.

Cabrona.