Las ladies de #SerSana (y 2 #boys)


Las 6 de la mañana. #DiosNosGuarde, tiene que ser la peor puta hora del día.

De lunes a viernes suena ese despertador de Juliana, y es como escuchar un grito de “chinga tu madre Ma”.

Y como carrera de roller derby, arrancan los “empujones” con la niña de la coleta con bumps, los calcetines que no son, el cuaderno perdido, el papel que hay que firmar, el drama del cereal que esta rancio (comprado ayer), la leche que no está suficientemente fría, el lunch que siempre es igual, el niño menor que no se quiere levantar, que no quiere ir a la escuela, que no se quiere vestir, que no quiere desayunar, que todo es no y no; y la madre que se rehúsa a vestirlo, aunque se lo juro la noche anterior, aunque hizo tratos que no se respetaron (evidentemente), y lo vuelve a vestir a jalones, porque además de ser pésima madre, no quiero que lleguen nuevamente tarde y ser juzgada por Miss Ofelia.

Peleas, pedir perdones, abrazos, estirones.
Cierro la puerta y me quiero morir.

Regreso a la cama por mis lentes de lectura, ubicados ya de por vida en cabecera - para lograr leer en el teléfono - porque en la mañana, ya nomás no veo nada.
Comienzo a checar los 147 whatsapp que llegaron mientras yo tuve la ocurrencia de dormir (seguramente menos de lo que debiera), llegan memes, llegan gritos, llegan trending topics, llegan saludos, llegan seis outfits de Pavis para que yo elija y llegan recordatorios alarmantes del madrugador de Alfredo.

Llegan buenas noticias y llegan otras pésimas.
Mi ánimo en declive.
Agua tibia con limón.
Me choca pero ayuda.
Empeora mi humor.

Primer café.
Leggings, tenis, coleta, llaves, agua.
7:40 azoto puerta y me voy caminando con taza en mano, al condesa DF.
Y la vida comienza a sonreír.

Llegando a la esquina de Veracruz y Guadalajara, entras por la “puerta chica”, bajas al sótano oscuro y ahí te encontrarás a mis ladies de la condesa - alias las SerSana - de las 8 de la mañana.

Puedo llegar llorando de coraje y seré comprendida, pues todas estas mujeres maravillosas, un día u otro de la semana, la pasan igual de la chingada que yo, con los hijos o sin ellos, con el trabajo, con el marido, con el novio, con la ciudad, con la vida.

Todas estamos mal vestidas y mal peinadas.
Nadie juzga.
Todas somos neuróticas, seguro yo más que las otras.
Todas tenemos hueva.
A todas nos costo amanecer y pararnos de la cama.
Pero todas queremos estar ahí, adoloridas, con la música a todo volumen, en ese salón/discoteca/bar medio olvidado, del Hotel Condesa DF.
Anhelamos la serotonina y la dopamina.
Somos las ladies mas chingonas de la mañana, y una vez que arrancamos con los putos burpees, nos acordamos de que todo lo podemos.
Todo.

Viva la unión de estas mujeres en pants.
Viva SerSana.
Lety, we love you,

Roooooooooll it up!

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