Buena madre, mala madre, chingue su madre.

Ayer por la noche me desvelé en mi superentusiasmadoresearch de Mommy Books.

Leí Bad Mother.

Muy adecuado además, porque en la noche me sucedieron dos incidentes, con dos distintas madres.

 

Durante la cena, platiqué con una mujer que me pidió que le mostrara fotos de mis hijos.

Ella hizo lo mismo.

Sacó su i-phone y me mostró fotos de dos bebés. Aunque me acababa de mencionar que sus hijos eran de 16 y de 14.

Se lo dije.

Y ella me respondió que esas fotos son las que le gusta mostrar, porque siente que cuando estaban así de pequeños, ella se los perdió.

Por estar trabajando. Por estar en la lucha para llegar a dónde está hoy.

Y en efecto, es una mujer muy lista que ha llegado lejos.

Pero en el proceso se perdió de la infancia de sus hijos.

Y fue muy clara cuando me dijo que no tiene culpas.

 

Llegué a mi casa.

Hacía un frío encabronado pues el olor del puto refrigerador, no nos permite cerrar las ventanas.

Las vecinas del 10 estaban fumando mota en la escalera y haciendo un escándalo con sus risotadas gringas y estúpidas. Me puse los suecos para irles a decir que se callaran, cuando sonó el teléfono.

Era la madre del segundo incidente.

Mi amiga muy querida.

 

Su estúpido jefe, la despidió de su trabajo.

Por pura pendejada.

Pero ella estaba mejor que ayer, cuando aún seguía contratada.

Y estaba mucho mejor, porque tomó la decisión de no perderse del final de la infancia de su hija.

Porque le duele mucho verla tan poquito, por culpa del trabajo.

Y aunque necesita trabajar para vivir, piensa buscarse la vida de una manera en la que pueda estar más tiempo con su niña.

 

Colgué y me quede pensando mucho en ella.

En mi amiga.

Y en su niña de 7.

 

El tema de la culpa es todo un tema.

Ninguna mamá se quiere perder de sus hijos.

Pero se pone cabrón.

 

Mi lectura duro hasta la 1. A las 3 Juliana se pasó a mi cama congelada y a las 4 Diego, queriendo mamila y también congelado.

Nos mal-dormimos los 3 apretados en la cama, pero conseguimos olvidarnos del frío.

Y me la pasé observando las caras de mis niños, pues por la mañana me había ido a las 9 y regresé a la casa cuando ya estaban dormidos.

Todo por el trabajo.


Hoy pienso salirme a las 5.

Y cuando se duerman, seguir leyendo Bad Mother.

 

Hay todo tipo de mamás.

Unas se van y otras se quedan.

Pero recuerdo mamás de mis amigas que siempre estaban y hubiera sido mejor que se fueran.

 

Buena mamá o mala mamá, ¿quién decide eso?

Y mientras nos dan la puta calificación… haremos lo mejor posible…

 

 

 

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