Mamás peleoneras, Brooke Shields y el gorro de Juliana.
El fin de semana, que es el supuesto descanso, por los 5 días anteriores de joderte (o trabajar muy duro), es cuando me toca tener a mis dos retoños, durante 48 horas seguidas de non-stop-ni-un-minuto hasta el lunes a las 8 de la mañana.
Todo bien, pero a veces se pone punk hacerlo sola.
(Kikoman sigue en L.A.)
El sábado mientras se me congelaban los pies en el recién inaugurado playground de Union Square (Diego dormía y Juliana se peleaba por la resbaladilla con una niña), estuve observando con detenimiento a las enloquecidas y peleonas mamás del parque.
A mi derecha estaba la mamá que siente que “esos niños” ya llevan mucho tiempo en el columpio y le toca a su niña, subirse.
Se pone a respirar como soplete y hace malas caras para que la mamá de los usurpadores, reaccione. Pero esta última, simplemente la ignora y ve hacia el horizonte.
A mi izquierda estaba la mamá que quiere que los niños “grandes” se salgan del volantín girador, para que se suban los “chicos” – dicha mujer, claramente no anticipa, que sus hijos van a crecer y que los tendrá que seguir trayendo al parque.
Ahí junto está otra mamá que se la está haciendo de pedo a una niña de 4 años, por haber empujado a su niña de 3.
La mamá de la de 4, se da cuenta y viene corriendo a defenderla y pelearse a palabrotas.
Muchas malas caras, muchos enojos, mucho malentendido en el parque.
No tiene madre, está realmente entretenido.
Y de repente llega Brooke Shields.
Muy guapa y muy sonriente.
Me cae muy bien, lo comento conmigo misma.
Y su llegada me recuerda algo que tuve muy presente hace 4 meses.
No sé muy bien cómo fue aquel pleito famoso entre ella y Tom Cruise. Pero creo que se reduce a que Brooke tuvo una depresión muy fuerte después del nacimiento de su hijo, y escribió un libro al respecto para ayudar a las madres, que como ella, la pudieran pasar mal.
Tom Cruise en una entrevista con la famosa Oprah, declaró que la depresión post-parto no existe, como bien lo señala la Religión de Scientology y expresó ahí mismo que en su opinión (cómo madre que ha vivido un parto) Brooke estaba loca.
Brooke se enfureció.
Y como fue un pleito entre celebridades, la depresión post-parto dejo de ser un tema terrenal.
También las estrellas sufren.
Llegó el momento de partir y me fui con mis niños a comprar apple cider y un gorro para Juliana.
Juliana no se pone los gorros porque ya sabemos que la odian.
Y he decidido que ella escoja todo lo que sea gorra, bufanda y guantes de ahora en adelante.
Vio un gorro rosa y me dijo,
- Quiero ese rosa, el de princesa.
El gorro claramente tenía un puerco.
Le pregunté,
- ¿Estás segura mi amor? Ese gorro tiene un cochinito.
Y me dijo,
No, es de princesa, es rosa.
Se lo puso y pagamos.
Overpriced el mendigo gorro, pero como tiene fleece, le calienta las orejas.
Y sobre todo, se lo pone.
Así es que misión cumplida.
Contentos y helados caminamos regreso a casa.
No sentía los pies del frío.
Brooke andaba mucho más tapada que yo y además escribió un best-seller.
Diego ya quiere comer.
Y Juliana trae un puerco en la cabeza.
Así es que todo está muy bien.
ya lo mio raya en lo absurdo... checo tu blog creo 3 veces al día a ver si de casualidad escribiste algo más!!! lo disfruto manis
ReplyDelete