Costumbres navideñas, 1a parte.


No tiene madre que toda mi vida, me haya ido tan mal en los intercambios de regalos navideños.

Desde chiquita.

Mi mamá me compraba el regalo más padre, para darle a mi “amiga secreta”, que además siempre resultaba ser una niña que no era amiga mía. O la hija de la mamá presidenta. Y a ella le tocaba ese regalo, que desde que lo comprábamos, yo me quería quedar.

Y al final del día, regresaba a la casa decepcionada, con un disco de Mijares, con un libro que ya tenía, o con algo simplemente feo y payo. Cada año variaba, pero no exagero al decir, que siempre era el peór regalo de todo mi salón.

Odio los intercambios de regalos, me parecen absurdos porque siempre alguien sale perdiendo.

Ejemplo perfecto el del año pasado. Mi amiga Malo hizo la cena de navidad y nos invitó a nosotros 9 (de mi familia) y a otros amigos suyos.

Cómo habían 10 niños en total, se decidió armar el intercambio entre ellos.

Se lanzaron mi cuñado y K a la juguetería con los hijos, misma que era un infierno navideño, pero aún así, compraron los mejores regalos para intercambiar.

Y al final, mi sobrina Sofí de 8, recibió una Tinkerbell tamaño polly pocket de 3.99, apta para edad 3+.

La pobre Sofí tuvo pésima suerte en el mendigo intercambio.

Como yo.

El viernes, mi amigo Arturo me invitó a la cena/intercambio de amigos, para festejar la navidad.

Son un grupo muy agradable, entonces cuando me explicó la mecánica, no me pareció mala idea:

1. Cada quién compra 2 regalos de 10 dólares cada uno. Los regalos se envuelven y se ponen sobre la mesa.

2. Sacas un papel para ver que número de turno te toca.

3. En orden y por turno, cada quién va tomando un regalo de la mesa y lo abre.

4. Si te gusta alguno de los regalos que alguien ya abrió, cuándo llega tu turno nuevamente, te lo puedes chingar.

5. Son 3 vueltas para escoger regalo, robar regalo y quedarte con dos.

La idea es que así acaban todos con dos regalos, donde casi siempre uno está más o menos, pero el otro está mejor.

Todos menos yo.

Que me quede con una mermelada y una muestra de una loción.

Me quede con los regalos “broma” que eran a lo máximo 4.

2 de ellos me los quede yo.

Y los otros dos pasaron por mis manos también.

Yo lleve unos tazones y unos saleros muy buenos.

Y me gasté más de 10 dólares cada uno.

Como hacía mi mamá durante la infancia.

La cena estuvo divertida y la compañía muy agradable, excepto por la pareja de overachievers que se llevaron 4 buenos regalos entre los dos (los 4 que yo quería), además de que son millonarios y viven en un mega loft en Tribeca.

Otra prueba real, de que la vida es todo, menos justa.


2 comments:

  1. Ay Sofia...ahora si que me hiciste reir..."overachievers"...ya la adopoto! estoy rodeada de ellos...Será entonces que me siento un poco "Looser'?
    Te quiero

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  2. ilusa de mi, ya me estaba saboreando al MENOS 10 slaps....y nada! solo 4!!! que chiquitera Sof

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