El cambio de escuela (la miniserie).

A Juliana la aceptaron en PS40 para el próximo año escolar.
Esa escuela tiene muy buena fama y ranking.
(aquí todo está basado en esos números).

Con todo y la mamá presidenta de la clase, la escuela actual de Juliana ya me encanta, es muy hippie, muy involucrada con la comunidad, tiene programas de arte increíbles, papás y maestros que participan, y en general muy buen rollo.
Y cómo además de todo esto, ella está contenta, yo he estado dudando mucho este cambio.
Pero cuando le conté esto a mi amigo James (que es Director de otra escuela), me dijo, “¿cuáles dudas?”

El tema de la educación es todo un tema.
James me dijo que tengo que darle la mejor educación posible a mis hijos, que no me lo puedo ni cuestionar. Porque el mundo que les toca vivir a ellos es otro.
Y de eso no tengo la menor duda.
El mundo se mueve a una velocidad desconcertante.
La tecnología avanza, avanza, avanza tanto que es imposible mantenerme al día.
Quiero que pare ya.
Es mucha presión.
Mucha información.
Muchos apps.
Mucha gente haciendo lo mismo.
Estudiando lo mismo.
Compitiendo por lo mismo.
Mucha música, muchos programas, muchos videos, muchas publicaciones… mucho de todo.

(respiro)

Cuando llegué a la escuela nueva a registrar a Juliana, habían 8 mamás con sus hijos bien peinados y todas, (las ocho), traían puestos los lentes de sol.
Nadie movió una pestaña cuando nos estacionamos en la banquita haciendo mucho ruido y tirando papeles con mi bolsón. Nadie dijo Hi.
Sólo Juliana y yo.

Cuando le pregunté a Juliana,
-    Te gusta esta escuela o mejor nos quedamos en el East Village?

Me contestó,
-    Me encanta esta escuela nueva, es de grandes.


Hoy por la mañana, como todas las mañanas, fue una corredera brutal.
Desayuno, vestida, mamila, dientes, pañal, mi baño, vestirme…
Y cómo era de esperarse llegamos tarde y tuve que pasar a la dirección por un puto late pass.

La secretaria me pone muy nerviosa. Parece que yo soy la alumna. Siempre se ve molesta y cada vez que llego con una sonrisota y la cara brillante (por la corredera)
Me dice,
- Late again?

Hoy en el camión mientras venía anticipando mi cara de idiota pidiendo otro late pass, pensé, menos mal que la nueva escuela está a dos cuadras y esto no nos va a pasar

Y cuando dejé a Juliana en su salón había 3 maestras que me abordaron para decirme que por favor no me lleve a Juliana a otra escuela.

Sonreí y les agradecí sus palabras mientras pensaba,
-    Gracias hijas de la chingada por complicarme aún más mi decisión. Con lo que me cuesta tomarlas.

Caminé a la oficina escuchando música y pensando en todo esto.
Respiré el aire primaveral, observé que los árboles ya están llenos de hojas, vi las vestimentas a mi alrededor, mucho más ligeras.
Y comenzó la canción de Do you believe in love? De Huey Lewis.
Y me puse aún más contenta.

Me encanta esa caminata desde la Av B a Broadway.
Ya sé que hay mucho que aprender.
Pero hoy no me quiero cambiar de escuela.

1 comment:

  1. En mi caso particular nunca he sufrido mucho con el tema escolar, lo más importante es ver a mis hijas felices y eso afortunadamente a su edad, es muy sencillo...y además busco que el colegio me quede cerca de la casa...no te agobies mucho y créeme que lo que decidas siempre será lo mejor que pidiste haber hecho...

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