Al fin lunes.

Uno no puede pasársela esperando que llegue esto, esperando que llegue lo otro.
Cuando llega el esto, piensa que ojala se acabe para que llegue lo otro.
Que lleguen las vacaciones, que ya se acaben las méndigas vacaciones.
Que llegue el calor, carajo cuando se termina este calor.
Que llegue navidad, dios mío, que se acabe ya el suplicio de la navidad.

Quizás sea un poco exagerado.
Pero ya me estoy carcajeando aquí solita, porque la neta si es cercano a la realidad.

¿Qué putas nos pasa en la vida?
¿A dónde queremos llegar?
¿Cuál es el punto donde ya suspiramos y decimos, “finalmente… desempaquen mis maletas, aquí me quedo tranquilita”?

¿Llega?

La vida corre tan veloz que si fuéramos con los ojos medio abiertos o simplemente durmiéramos más horas de la cuenta, nos perderíamos de momentos importantes.
En esta búsqueda enervante de lo que sigue, se nos van las horas y los días.
Muy rápido.
Están terminando unos estos y ya están llegando los otros.

No parpadees.
No respires.
Sigue corriendo, viviendo…

Esta reflexión surge tras un fin de semana agotador con mis hijos.

Si el día está soleado no  puedo estar encerrada perdiéndomelo.
Luego ya quiero que se acabe.
Si el día está lluvioso después de 3 horas de “que agusto mi casa”, me urge salirme corriendo a pisar las calles mojadas.

Es así.
Mis hijos también ya son un poco así.

Pero claro que hay gente más normal que uno, que va por la vida más lentón.
Tengo una vecina que toma siestas con sus dos hijos los fines de semana, a la hora que ella decide.
¿Cómo carajos le hace?
No tengo idea.
Pero ella y sus hijos pueden pasar todo el día en pijama.
Nosotros no.

A esta misma vecina, si le caen sus amigos de visita, les ofrece café o té.
Y todos se entusiasman… “yeah good coffee”

Mientras yo pienso, ¿Por qué no se saca un vino?

Hoy por la mañana camino a la escuela, Juliana y si amiga Sivan (hija de dicha vecina) venían en un acalorado pleito.
Ya ni las escucho.

Hasta que Juliana comenzó a gritar.
- I am not your friend anymore. From never.


- Forever,
le respondio Sivan.

Juliana respondió,
- Nooo, From ever, from ever!

Sivan,
- Forever, youre supposed to say forever.

Juliana,
- I don’t want to. You can say forever. I say from never.

Sivan,
- But that’s 2 words.

Juliana,
- Yes, I like more words. I like a lot of words.

Es verdad.
Nos gustan mucho las palabras.
A Juliana le gustan tanto que no para ni un segundo de hablar.

Nos gusta mucho la calle.
Nos gusta pasear.
Dormimos pocas siestas y a la mamá de Juliana,  también le gusta el vino con los amigos.

En fin,
Lo que venga.
Que ya venga, o que no venga.

Lo que si quiero que ya venga, es el papá de mis hijos.

(Y mis vacaciones en el mar).
Por ahora.

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