Tania. (Y la mujer maravilla...)

Hace unas cuantas semanas fui a la exposición de una artista Neoyorquina/Dominicana, Tania Marmolejo.

Estaba lloviendo sin parar y entré corriendo a la galería.

Al entrar, a mi derecha, me encontré con el primer cuadro de la exposición e instantáneamente lo quise para mí.

Como no tengo la foto – lo voy a describir más o menos: se trata de una maraña de pelo negro, donde están varias mujeres (enredadas) con calcetas rojas y en un extremo vemos a la mujer maravilla desprendiéndose del grupo – la vemos en una especie de caída libre.

No es mi estilo entrar a una exposición en NY y decir “quiero este cuadro para mí”

Pero ese día se apoderó de mi una fuerza extraña.

Me sentí muy cabrona (me imagino que también rica) y lo compré.

Qué maravilla que lo hice.

Una semana después dejé de pensar en ello.

Y a los pocos días llegó Tania con el cuadro a la oficina.

Ese día no fue un buen día para mí, y sin embargo sentí una felicidad inexplicable.

El cuadro de Tania llegó a mi vida en un momento muy importante, vino de cierta manera, a ilustrar el cambio por el cual yo estaba pasando.

Y se lo dije a Tania,

- La mujer maravilla se está cayendo…

Y ella me dijo a mi,

- No, no se está cayendo, se está desprendiendo – está unraveling.

(Me encanta esa palabra unravel - que no se traducir al español)

La mujer desprendiéndose del grupo.

De la maraña.

Quiero pensar.

Cada cuando la vida nos sorprende con encuentros.

Conforme pasa el tiempo son menos.

Gente que jamás imaginamos que jugarían un papel importante en nuestra vida. Señales, momentos, destellos de algo que nos indica, que vamos por buen camino.

Que no estamos perdidos.

Hoy tuve un buen día.

Y entre otras cosas pasé a ver mi pintura a Broadway.

Para no perder de vista ese desprendimiento, esa mujer.

La mujer maravilla.

Hoy por alguna razón todo está en su lugar, todo va muy bien.

Gracias Tania.

Por aparecer. De pronto.