Sábado, los amigos y unas buenas copas.

Cómo extrañé hoy a Juliana.

Se fue desde temprano con Malo y Verena.

Yo me quede solita con Diego, y aunque anda más platicador, hoy se la paso de siesta en siesta.

Y el día así tan silencioso, sin mi hija preguntona, repelona y parlanchina; me dejó más espacio para pensar en cosas.

Caminando por Union Square, vi a una chavita de cómo 15 años, muerta de risa con sus buddys, que eran dos chavitos con cara de mensos. Y me entró la nostalgia de mis dos amigos (varones) más antiguos. R y G.

Y me acordé de las veces que coincidimos los tres en NY.

Muy buenas risas.

Muy buenos recuerdos.


Mi amigo G, me mandó una carta en enero, que no logro encontrar en ningún lado, lo cual me entristece.

Era una carta diciéndome cosas importantes.

Entre dichas cosas importantes me dijo, “esté como esté la situación, siempre acuérdate de disfrutar de un buen vino y bebértelo en una buena copa de cristal, aunque estés sola”

Esto en realidad se escucha como una mamada pero no lo es.

O si lo es, pero no importa.

Porque ese cabrón, esté como esté la situación (jodida o jodídisima), siempre hará una pausa, para tomarse un buen vino.

Y si estás, te invita.


Han pasado más de 25 años de amistad y la realidad es que nos volvimos adultos de repente.

Sin querer.

Sin planear.

A fuerza de vida, tiempo, familia, viajes, trabajo, gente, golpes, risas, caídas, comienzos, finales, brindis, crudas, tristezas, olvidos, recuerdos, mentiras, verdades.

Cualquier cantidad de cosas que nos llevaron hasta el año 2010 y nuestros 40 otoños, en dónde comprarnos un vino malo para beber, si estamos solos, ya no se vale.

Y beberlo en un vaso de leche, tampoco.


Hoy que Diego y yo regresamos de pasear, me puse a cocinar.

Me preparé un sea bass y unos ravioles, que me quedaron estupendos.

Abrí un Cabernet y cuando estaba a punto de servirme en un vaso, me arrepentí y fui por una copa.

Y sonreí acordándome de la carta.


El concepto de amistad, en épocas de “nuevos amigos”, cobra un valor altísimo.


Juliana llego de malas y agotada.

Pero que feliz me puso su llegada.

Se bañó y se durmió.

Y yo aquí estoy con la misma copa (en el refill, ya que terminó la hora infeliz) viendo lámparas en Internet y deseando que dónde quiera que estén G y R, estén disfrutando de un buen vino, en una buena copa y con unas buenas risas.

1 comment:

  1. Flaca... está increíble este!
    Todos, pero este tiene muy lo suyo que me encanta... de pronto nos hicimos adultos, fuerte pero lindo... y a base de todos los factores que sábiamente enlistas... te quiero Flaca horrorosa...!
    mil besos!

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