St. Pete
Los regresos.
Qué cosa más difícil.
Cómo los finales de los mejores libros.
Las buenas películas.
Las buenas fiestas.
Todo se acaba, tarde o temprano.
Aterrizaje forzoso en la oficina.
Lunes.
10 días en San Petesburg Beach.
Pass-A-Grille.
(Desde hace más de 30 años y me sigue pareciendo un paraíso).
Mucho cangrejo.
Mucha margarita engordadora.
Mucha cosa frita.
Muchas papas con vinagre.
Mucho sol.
Muchos huevos estrellados con tocino en el Sea Horse.
Mucha alberca.
Mucha arena.
Muchas conchitas.
Goggles, cubetas, palas, toallas, trajes secos, trajes mojados, chanclas, gorras, protectores, carriola, pañales, lunches.
Juliana se puso más café.
A Diego se le quito lo beige.
Emi se asoleó poco.
Yo con The Quiet American durante cada siesta de Diego.
K con Sinuhe el Egipcio a sus horas usuales de lectura.
Brisa con olor a sal, a buena vida.
Ojala nos volvamos a topar, el próximo año.
En fin.
Regresaré al blog que he tenido muy abandonado.
A la yoga.
Al gimnasio (porque ya pasó un año de que nació Diego y queda poca excusa).
Y a leer más libros que i-pad.
Por lo pronto.
No sabes que nostalgia me dió escucharte hablar de St Pete...la ilusión de mi hermana y mia conociendo E.U... no manches, una maravilla, qué manera de comer te acuerdas??? no more pancakes...Te quiero amiga y ese viaje no lo olvidaré mientras viva. Gracias por hacerlo posible...qué mejor manera de conocer ese maravilloso lugar: Contigo...
ReplyDeleteY el golpe emocional de los regresos? te faltó o no te pasa? porque a mí me golpean pordondelaveas... y luego de una vacación como la que pintas, pinche Flaca... me dio una envidia que ya dejó de ser de la buena, jajaja!
ReplyDeleteQué bueno que disfrutaste hasta cansarte, me rayó éste! Muchos besos, linda tu reaparición horrorosa!