Happy Birthday Diego

Hoy cumple Diego un año.

El muy cabrón adorado de mi niño.

Es poco cariñoso, sólo necesita abrazos cuando se cae (que es muy seguido) y cuando tiene sueño.

Aún no camina, pero gateando avanza a toda velocidad, mostrándonos su independencia.

Se ríe de contagio y le encanta la música.

Toda la música.

Hoy con las mañanitas desentonadas de Juliana, Camila, Eva y mías, hizo su único paso de baile (que consiste en menearse y mover la cabeza) y dio varios aplausos de la emoción.

Me cae bien porque no es muy exigente.

A veces es demasiado inquieto pero también tiene ratos de observación muy interesantes y unos ojototes que lo abarcan todo.

Diego llegó a completar mi vida y hoy no puedo ni creer que este niñote tan guapetón y simpático sea mío.

Hoy me vine caminando a la oficina escuchando todas las canciones que tengo con T en mi teléfono, y no pude evitar transportarme a un año atrás.

Acostada en ese quirófano lleno de gente, durante mi cesárea en NYU Medical.

Ese par de enfermeras que me maltrataron durante mi estancia, como nunca antes me había maltratado nadie.

Mi compañera de cuarto Rusa, Irina, a quién no le bajaba la puta leche y tenía a su pobre hija muerta de hambre, pues se rehusaba junto con toda la liga de la leche (también acompañándonos en el cuarto) a darle una méndiga mamila.

Kiko me traía comida de la calle porque lo que el hospital nos ofrecía era inaceptable, lo cual era un detallazo, pero como era en pleno verano y era una chinga, si me descuidaba o me paraba al baño, me bajaba mi cama.

Un día nos comimos unos buns de Momofuku y unas ramen con pork que impregnaron con su olor, todo el piso de maternidad.

Después llegaron los día de las mamilas cada 4 horas... las tetas a punto de explotar por la leche, los ice packs para aliviar el dolor, mis hormonas enloquecidas, los llantos sin razón.

Y finalmente regresar al trabajo sin un maternity leave.

Lo que nos trae hasta hoy.

Martes 20 de julio, 90 graditos en la sombra.

Puto calor que no le permite a nadie, mantener su frescura matinal.

Pero eso sí, un año después del año pasado, todo pinta mucho mejor.