Shoe Obsession Disorder.
Hace muchos años, cuando acababa de llegar a NY, una mujer comentó de manera arrogante, frente a una amiga mía,
- Que payasada estas mujeres que andan con tenis y ropa de vestir para llegar a la oficina y ahí ponerse los tacones.
Mi amiga, neoyorquina (quién siempre hacía su daily commute en tenis), le respondió,
- Señora, por su comentario me queda claro, que usted no anda en metro, ni en camión, ni tiene que caminar cualquier cantidad de cuadras para llegar a un trabajo cada mañana.
Tenía razón.
Ni trabajo, ni metros.
En NY no todas las mujeres son como las protagonistas de Sex in the City.
La mayoría hace su recorrido diario utilizando zapatos cómodos.
Y cuando vemos alguna Barbie con taconzotes, está claro que anda con chofer o con taxi.
Pero ya sea con zapatos cómodos o con stilettos, ésta es una ciudad dónde existe una obsesión criminal por los zapatos.
Todas (y algunos todos) observan los zapatos de las demás. Y a pesar de saludarse y sonreírse poco entre desconocidas, nunca falta el compliment por los zapatos, seguidos de la pregunta,
- I love your shoes, Where did you get them?
Cuando vas en el metro y en el camión, es inevitable voltear hacia abajo para ver si te encuentras con un zapato bonito. En la cola del super, de la farmacia, del café, es lo mismo. Si observas por la calle a las mujeres, solas o acompañadas, siempre se detienen frente a un aparador de zapatos.
Y aunque suene de lo más superficial, es raro encontrarse con una mujer a la que no le gusten los zapatos. Y me aventuro a decir que esto debe suceder en todo el mundo
Zapatos. Zapatos.
Los que sean.
El gusto varía.
Mi amiga (que no me deja mencionar su nombre) siempre se compra los mismos zapatos negros de monja. Pero cada vez que llega su caja de zappos.com se emociona y también nos emocionamos todos los de alrededor,
- Que hay en la caja, dejame ver, a ver a ver, uy zapatitos nuevos…
Aún cuando sabemos que son zapatitos negros, de monja.
El caso es que entre los miles de millones de desordenes que existen, también hay un Shoe obsession disorder y varios columnistas han escrito sobre ese tema cosas como,
“Contrary to popular belief, Cinderella's stepsisters were not desperate for Prince Charming -- they were desperate for her glass slipper"“Unlike shopping for jeans (which is about as much fun as going to the gynecologist), shopping for shoes is an exhilarating experience. Feet don't have hips, feet don't have thighs. Feet are our friends"
"Shoes are little personalities just waiting to be put on. Shoes can be instant sex appeal or instant comfort or instant glamour. Just add your feet. With the right shoes, you can slip on a whole new image”
Yo sólo uso los tacones de vez en cuando, casi siempre es cuando tengo junta. Y cuando eso sucede, vengo caminando en mis zapatos cómodos y llegando a la oficina me los cambió.
Hoy decidí hacerlo al revés.
Me puse los tacones y me lleve los zapatos cómodos en la bolsa.
Para sentirme como Barbie.
En el camión solo había unos tacones: los míos.
Lo que me llevo a pensar en todo esto.
En el desorden que deje en mi zapatera, en cajas de zapatos, en zapatos que no caben, en zapatos de tacón, en zapatos bajos, en zapatos de Juliana, en mis zapatos de cuando era niña, en zapatos de mi abuela, en zapatos que odio, en zapatos que me traen malos recuerdos, en zapatos de los ochentas, en zapatos y más zapatos, atados a cosas no tan estúpidas como podría parecerlo.
Y si es que tengo el desorden ese...
Pues no será el primero.
No sabes cómo me reí con tu escrito de hoy...curiosamente tengo una obsesión de orden y limpieza con ropa y zapatos que raya en manía y que a veces hasta me asusta...
ReplyDeleteEntre mis sueños más intensos por ejemplo es algún día tener un vestidor tan grande, tan grande, pero tan grande... que mis ganchos de la ropa (todos de madera) bailen literalmente adentro del clóset y no estén uno pegado al otro como ahora...también quiero poder caminar dentro del vestidor para poder observar bien cómo me queda el atuendo, ya que pondré dos espejos del piso al techo para verme en diferentes ángulos.
Las bolsas y los zapatos tendrán su apartado especial, nada pretencioso...una división para cada bolsa y los zapatos en una zapatera en la que jales el cajón y estén perfectamente acomodados hacia abajo...es decir que no se vean cuando entres a mi vestidor.
Hay gente que sueña con cocinas grandes, con recámaras o baños enormes, yo sólo quiero un jardín para mis hijas y mi Super Vestidor.
Y ahí la llevo con mis planes, de todo lo que necesito ya compré mis zapateras, las cuales por lo pronto hoy, me hacen súper feliz... por algo se empieza no??
Horrorosa...
ReplyDeleteOlvidaste mencionar que tienes a una amiga a la que presionas muchísimo con la coherencia del choclo con la temporada y a la cual, el choclo la mayoría de las veces le resulta un issue complicadísimo de resolver, jajajja!
No dejes de escribir, besos!