Finales.

A nuestros años ya uno ha vivido una cantidad importante de finales.
Hay quienes los viven con gracia y otras gentes que los viven fatal.
(Los finales).

El final de la vida de las personas, sigue siendo para mi un tema demasiado doloroso e incomprensible.
Cada vez que paso por el Metropolitan, pienso en mi amigo Christian y no puedo evitar las lágrimas.
Pero por otro lado veo a mi amiga Pancha a quién admiro, entre otras muchas cosas, por como vive los finales, y me doy cuenta de que tengo que ponerme a trabajar en ese miedo.
(A los finales).

A Juliana le tocó vivir su primer final en este año escolar y a cada rato habla de ello.
Todo el tiempo me dice que está muy triste de que se acabe el kinder.
No entiende porque Evelyn ya no puede ser su maestra, por más que se lo explico.
Me dice,
- Mamá cada vez que pienso en Evelyn, siento ganas de llorar y todo el tiempo aprieto los ojos fuerte, para que no se salgan las lagrimas…
Me dice eso y yo automáticamente lloro.
No logro apretar una chingada y me tengo que voltear a otro lado.
Menuda mamá tiene Juliana.

Mi niña está viviendo su primer final, o al menos uno sobre el cual hace consciencia.
A sus 4 años.
La vida es perra, apenas te enteras de que va la cosa y ahí arrancan las tristezas, los miedos, las angustias y los mendigos finales.

Mi niña sufriendo por su primer final me rompe el corazón.
A mí me duele tanto como a ella, dejar de ver a su maestra, quién ha sido increíble.
La enseñó a hablar inglés.
La alentó con su manía de hacer libros y collages.
Le enseñó letras, números, canciones.
Le presentó a Dr.Seuss.
Colocó buena parte de los cimientos, preparó el terreno para todo lo que viene.
Para los próximos mil años escuela (no son miles, pero qué hueva).

Ahí se va formando mi Juliana.
Poco a poco ya vas viendo los pequeños rasgos de una mujer.
Y orgullosa la observo con sus amores, con sus dolores, con sus risas, con sus tropiezos, con sus berrinches, con su generosidad, con su pasión, con su sensibilidad y con su mirada.

Final y principio.
Principio y Final.
Y que me toque ver lo primero y lo segundo, por muchos años más.
Lloro y lloro.
Tengo que apretar los ojos más fuerte.
A ver si me enseña Juliana.