Pompa y circunstancia (O Slap ya no tomes café).
He visto demasiadas películas gringas en las que hay graduaciones y siempre tienen la pieza de pompa y circunstancia de fondo. Dicha música siempre me pone la piel chinita, aunque se oiga de lo más cursi. Y hoy que fue la graduación de la escuela de Juliana, todo el desfile con togas y birretes de los niños de 5º, me sacó lágrimas de verdad.
Y mi hija no se graduaba.
Ni desfilaba.
Soy una tremenda ridícula.
Estos niños hoy se despiden de la escuela para siempre y pasan a Middle School y luego a High School.
Como pasar a la Secundaria.
Para celebrar su partida, todos los demás grupos les cantan una canción de despedida.
Una ceremonia bastante sencilla pero muy bonita.
Y yo en la lágrima total.
Nomás de imaginarme que mi hija un día de estos sería quien desfilaría con su toga y birrete.
Hoy desde la mañana, vi grande a Juliana.
Y tengo angustia en el corazón.
No pude evitar pensar en mi graduación de primaria.
Una cursilería de graduación en un salón de banquetes elegante, porque mis papas tuvieron la osadía de meterme en esa escuela de monjas espantosas y niñas españolitas de 3ª generación, que hablaban como si hubieran aterrizado el día anterior, de Sevilla.
Sin embargo ese día de la graduación lo recuerdo con mucha felicidad.
Me iba para siempre de ahí. A los 12 años.
No más matriculas retenidas y amenazas de reprobar el año, no más monjas regañándome, no más esconder las boletas de mis papás por un mes, no más angustias de domingo por no haber hecho la tarea, no más citas de mis papás en la escuela para rogar que no me corrieran, no más, no más, no más.
Después comenzó la segunda generación de reprobadas y de problemas, pero al menos lejos de las monjas.
No puedo evitar pensar en mi infancia cuando veo a mis hijos.
Y me la paso como viejita nostálgica pensando en el pasado y navegando hacia el futuro.
Debo parar, para estar más en el hoy, que por cierto pasa a la velocidad de la luz.
Juliana cantó con su grupo y fueron el ultimo performance.
Yo me había tomado un café con double-shot y mucha cafeína.
Así es que entre que mi niña crece y que se me apachurra el corazón, combinado con que iba ya tarde a mi junta más importante del año y que Diego está por tener 1 año; necesito respirar profundo y tomar una clase de yoga.
Pero hoy no tengo tiempo.
Y mi hija no se graduaba.
Ni desfilaba.
Soy una tremenda ridícula.
Estos niños hoy se despiden de la escuela para siempre y pasan a Middle School y luego a High School.
Como pasar a la Secundaria.
Para celebrar su partida, todos los demás grupos les cantan una canción de despedida.
Una ceremonia bastante sencilla pero muy bonita.
Y yo en la lágrima total.
Nomás de imaginarme que mi hija un día de estos sería quien desfilaría con su toga y birrete.
Hoy desde la mañana, vi grande a Juliana.
Y tengo angustia en el corazón.
No pude evitar pensar en mi graduación de primaria.
Una cursilería de graduación en un salón de banquetes elegante, porque mis papas tuvieron la osadía de meterme en esa escuela de monjas espantosas y niñas españolitas de 3ª generación, que hablaban como si hubieran aterrizado el día anterior, de Sevilla.
Sin embargo ese día de la graduación lo recuerdo con mucha felicidad.
Me iba para siempre de ahí. A los 12 años.
No más matriculas retenidas y amenazas de reprobar el año, no más monjas regañándome, no más esconder las boletas de mis papás por un mes, no más angustias de domingo por no haber hecho la tarea, no más citas de mis papás en la escuela para rogar que no me corrieran, no más, no más, no más.
Después comenzó la segunda generación de reprobadas y de problemas, pero al menos lejos de las monjas.
No puedo evitar pensar en mi infancia cuando veo a mis hijos.
Y me la paso como viejita nostálgica pensando en el pasado y navegando hacia el futuro.
Debo parar, para estar más en el hoy, que por cierto pasa a la velocidad de la luz.
Juliana cantó con su grupo y fueron el ultimo performance.
Yo me había tomado un café con double-shot y mucha cafeína.
Así es que entre que mi niña crece y que se me apachurra el corazón, combinado con que iba ya tarde a mi junta más importante del año y que Diego está por tener 1 año; necesito respirar profundo y tomar una clase de yoga.
Pero hoy no tengo tiempo.
Ni me toques ese tema amiga, Renata sale de kinder y ayer se la llevaron de viaje de graduación al Kidzania de Monterrey...claro que regresó el mismo día, pero sólo con el hecho de pensar que mi bebé se iba sola en un camión y sin mi, me hizo llorar ni te cuento de regina que pasa a 2o de primaria y actúa como puberta incomprendida cuando le niego algo, y me dice muy enojada !!!Aaay Mamá!!!!
ReplyDeleteY me doy cuenta perfecto que efectivamente el tiempo pasa volando y que mi labor como mamá tiene que ser adaptada y perfeccionada todos los días dependiendo del humor con que amanezcan las niñas...
Lo único que me queda es disfrutar todos y cada uno de los momentos que me regale la vida junto a ellas y mi adorado marido...He dicho.
A mí me parece una verdadera injusticia que los niños crezcan así. Y una razón más para no tenerlos. Supongo que es parte de la riqueza de la vida, pero eso no le quita lo injusto.
ReplyDeleteMadres! ya un año???? qué fuerte... de lo demás ni hablo mejor que llevo lamentando la causa un ratote... mi niña cumple 9 y pasa a tercero de primaria... así o más fuerte? Y, no hay nadie qué le siga... pero! ahora, lo pasamos increíblemente bien! un fin con ella es un plan mega atractivo... el cine vip, las que ahora llamamos "noches de chicas" con pelis (cada vez más en común) y munchies incluidas... así que lo que viene Flaca, sigue igual de bien, así que, efectivamente concéntrate en el hoy y disfrutarnos, que de lamentarnos de lo que dejaron ya de ser se nos puede pasar la vida entera! Te quiero!
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