Cuando pase el temblor…





Me encantaría tener el tiempo y sobre todo el presupuesto, para poder hacer un re-enactment de la escena que vivimos - ayer por la noche - en avenida México 151.
Pero si pueden usar la imaginación, fue mas o menos así:
Estaba yo parada en el parque México - a las 12 de la noche - descalza, en boxers y tank-top, con Diego en brazos, a su vez en boxers y camiseta, y Carina (la nana) con Juliana en brazos, quien también vestía una piyama un tanto "playera"
Carina por cierto, si traía pants.

Alrededor de nosotros había una pequeña multitud vestida con piyamas de invierno, con accesorios como botas, calcetines, gorros, bufandas (no exagero), además de su bolsa y su celular; incluso algunos traían a sus hijos en la carriola, con todo y cobija.

Llevo un año acá, y nadie me aviso de la existencia de una alarma sísmica.
Nadie.
Creo que hubiese pensado que era broma.
Pero resulta que hay una bocina afuera de mi casa.

Todo empezó en realidad, hace una semana...
Juliana llegó con la tarea de hacer una investigación de campo, acerca del temblor del 85, mismo que vivieron sus padres.
Para ello, a mi se me ocurrió revivir a fondo, lo ocurrido aquel día y los días posteriores, que pasé ayudando en la Cruz Roja.
Vimos fotos y videos, y hasta hicimos un dibujo con el letrero de San Regis tirado entre escombros.
Esa noche no pude dormir.

Ayer estaba sentada viendo una serie un tanto violenta, cuando de pronto escuche un poco de caos en el edificio. Gente hablando fuerte, perros ladrando… niños llorando. Me pareció raro, pero en medio del sonido de la tele y mi angustia por la muerte de la protagonista, decidí ignorarlo.

A los dos minutos me tocan la puerta del departamento muy fuerte y brinqué del sofá. Cari me dice, "Sofí córrele está temblando".

Putísima madre.
Abro la puerta, corro como bandido a despertar a Juliana, agarro dormido a Diego, salgo destapada, bajo las escaleras corriendo, y salgo a la calle para encontrarme esta escena de película.
Todos los vecinos.
Preparados para el frío, incluso más que para el temblor.
Yo y mis hijos casi encuerados, sin teléfono, sin una moneda de dos pesos y sin llaves de la casa.

Es como el chiste de, "Eso me pasa por precipitado"*.

Dejamos pasar varios minutos, en los cuales nos sentimos observados por los vecinos y sus perros, no los culpo, soy la única mama que además de perder su casa en el temblor, le hubiera provocado una pulmonía a sus hijos.

Regresamos a casa 20 minutos después.
Helados.
Nadie podía dormir.
Todos a mi cama.

Yo, insomnio absoluto.
Me puse a googlear el temblor y bajé el app que te avisa de los temblores por 2.99 dólares.

No me vuelven a agarrar desprevenida.

* El chiste es el de “Compadre, acabo de ver a su vieja entrando a su casa con un novio, yo que usted agarro la bici y voy a sorprenderlos"
El compadre agarra la bici y se va furiosos en chinga... al poco rato, regresa todo madreado y le dice al otro, "Oigame Compadre yo ni tengo ni casa, ni tengo vieja, ni tengo bici... me cae que eso me pasa por precipitado".





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