¿Quién come dumplings en el desayuno?

El domingo, una amiga nos invitó a mi y a mis hijos desayunar, por su cumpleaños.

Armó un grupo y los citó a las 10 am en Jin Fung.

Este lugar está en Chinatown y el menú consiste de Dim Sum on demand.

Yo sabiendo lo que estaba por enfrentar con Juliana, le pedí que se comiera un cereal, antes de irse.

Ella no quería,

- Yo mejor desayuno con mis amigas en Jin Fung.

No dije nada.

En camino para llegar a este lugar, las calles se fueron poniendo más Chinas.

Juliana empezó a preguntarme porque nos estábamos acercando a nuestro Chino favorito que es Joe’s Shangai.

Yo le dije que este restaurante estaba también en Chinatown.

Ahí se puso sospechosa,

- Y hay waffles en este lugar?

No mi amor, no hay waffles.

- Y hay pancakes?

No mi amor,  es un restaurante de dim-sum que son como dumplings de muchos sabores y también dumplings dulces,

- Que azco mamá. A mi aunque sea a mi me pides un yogurt.

No hay tampoco yogurt mi amor.

- Mamá a quién se le ocurre ir a un lugar de dumplings a desayunar.

Llegamos y se sentó con las amiguitas.

Pero cuando llegó el primer carrito de dumplings, la pobre china sudando y el humo invadiendo la conversación, Juliana dijo,

- Yo no voy a comer nada.

Las mujeres de la mesa, le insistieron, le rogaron, se angustiaron,

- Por favor pruébalo Juliana.

Ella dijo que no y que no.

Yo ya lo sabía con lo cual no insistí.

Diego mientras tanto se comía sin reparo los dumplings de puerco y de camarón.

Llegó el arroz y le dijeron a Juliana que por lo menos se comiera un arroz.

Juliana les explicó harta,

- Yo como dumplings pero de noche y arroz también de comida o de cena.

Yo comí pocos dumplings grasosos y tomé demasiado te de jazmín.

De regreso del restaurante me paré a comprar cerezas y lichis.

Juliana me venía hablando quedito, para que no la escucharan las otras mamás,

- Mami, porfa el próximo fin de semana, no hay que venir a este restaurante y vamos a donde nos gusta a nosotros, a comernos huevos, tocinos y pancakes.

Juliana le dije,

(temblando ya de la cafeína del té malo)

- Tienes toda la razón.