Madre, desmadre, poca madre y mamacita.

Mi amiga Mónica Pizarro puso eso en su FB.

Y me pareció una buena manera de envolver el concepto de ser madres en este 10 de mayo.

En NY el día de las madres fue el domingo, pero como yo viaje a Miami para trabajar ese día, lo festejé el sábado.

¿Cómo lo festeje?

Con un boicot.

Fui y le compré a Juliana un scooter de dos ruedas y repetí la saga de la bici, pero con un nuevo y más complicado medio de transporte.

Nos caímos muchas veces.

Nos pusimos de pésimo humor.

Y no teníamos el puto casco rosa.

Acabamos la tarde con Juliana empujando la carriola de Diego y yo empujando a Diego en el scooter rosa.

Otra ves pasé el día agachada y otra vez me chingué la espalda.

¿Qué cómo se me ocurrió tan fantástico festejo?

Pues porque en la labor de ser mamá, uno la caga muy seguido.

Y he ahí, donde lo que mi sabia amiga escribe acerca de ser madre, desmadre, poca madre y mamacita, aplica a la perfección.

Somos madres e idealizamos.

Y al final casi siempre toda la fantasía se vuelve un pinche desmadre.

Pero pasan las horas, los días, bajas las fotos y en realidad el momento te hace sentir poca madre. Y ya con algo de suerte, unos días después te alcanzas a ver medio mamacita y tu autoestima te eleva de nuevo, a la posición de buena madre.

Arrancando así, un nuevo ciclo.

Felicidades a todas las mamás.

La mía sobre todo.

Mi madrina que es madre postiza (nona).

Mi abuela.

Y a las mujeres cercanas y queridas que también son mamás.

Que además están bien mamacitas.