El año que pasó.


Uff.
Ojala hubiese hecho esto la primera semana del año.
Pero mi enero ha sido demasiado atropellado. Parece broma.

Así es que esta mañana me propuse tratar de recordarlo todo, pero mi memoria no es la de antes. 
Entre otras cosas.

2010 es el año en que por primera vez deseé detener el tiempo, por lo menos que corriera más lento. También fue el año en el que de manera oficial me hice grande y reconozco orgullosa, que mis sentimientos al respecto, no son tan negativos.
Ya soy la mujer que llegaría a ser algún día. Ese día finalmente llegó, se acabo la expectativa. 
Al menos la mía.
Ya soy esa mujer que está clara con lo que le gusta, lo que le disgusta, lo que puede esperar, lo que seguro no va a lograr, lo que ve, lo que no quiere ver, lo que quiere hacer, lo que sabe, lo que le falta por saber.
Y tiene 40.
(y uno).

2010 fue un año en el que Kiko acumuló muchísimas millas con sky-team (itinerario NY-MEX y MEX-NY), también fue un año donde pasamos mucho tiempo en Miami y nos gustó estar cerca del mar, más que nadie a Juliana y luego a Diego. Fue también un año de varios problemas dentales. Comenzando por la mandíbula adolorida cada mañana  y la saga de la puta guarda. Misma que sigue (valga la redundancia), guardada.

2010 fue un año de muchas filmaciones, muchos comerciales, muchas presentaciones. Fue el año donde probé los martinis con blue cheese olives y me encantaron. Empecé una nueva terapia que tuve que dejar por falta de tiempo. Junté con Juliana varias bolsas llenas de pennys para Haiti. Mi hija se volvió respondona y aprendió el arte de la argumentación, se le curó su ojo flojo y le quitaron los lentes morados. Diego se hizo grande y entre sus hobbies están las alturas, los aparatos electrodomésticos, los conectores y cualquier cosa que represente un peligro. La espalda me dolió más seguido que en años anteriores, me salieron nuevas arrugas y me obsesione más con las cremas. Mi tolerancia con la gente lenta fue disminuyendo, Juliana se hizo fan de Federer, la cambiamos a una escuela mucho más fresa y de paso, mejor calificada, ahora ya sabe escribir y leer. (Me lleva la chingada) Nos fuimos a Barcelona por los 70 años de mi papá, me encontraron un nódulo en la tiroides y tuve que hacerme una biopsia. No fue cáncer pero si fueron las dos semanas mas espantosas de mi vida.También discutí con Mari, mi notaria particular, mis varios deseos en caso de morir. Me dio influenza. (Mierda y mil veces mierda. Pensé que me moría). Eva sufrió la pérdida de su hija, lo cual me sigue dando una inmensa tristeza. Se regresó a México y conocimos a Licha, una nana nueva que es muy buena persona. Las navidades las pasamos todos los Aguilar en NY y seguimos hablándonos.

Y llegó el 2011.
La vida se pone cada día más cabrona pero nunca aburrida.
Por ello estoy agradecida.

Este año tengo los huevos de ponerme más exigente conmigo.
Quiero ser mejor persona, mejor mamá. Más paciente. Hacer más ejercicio, más yoga. Comer más sano, más verde. Quiero escribir más, leer más y aprender más. Abrazar la vida y quejarme menos.
Tengo una lista más larga pero se pone medio reveladora.
Creo que esto es un buen comienzo.
Y finalmente, una nueva entrada.

Feliz año nuevo.






1 comment:

  1. Qué maravilla de escrito querida, es un orgullo saber que al fin descubriste que no has hecho nada mal tu trabajo como mamá, esposa y mujer...qué orgullo amiga...te felicito porque en estos tiempos es raro encontrarte gente satisfecha y feliz, la mayoría está descontenta con su vida, disfrútalo, esta etapa que estás comenzando será de recoger frutos y gozar de la vida, de una vida llena de amor!!!!! Te quiero y si de algo te sirve, yo también soy inmensamente feliz y estoy también gratamente saltisfecha con mi vida.

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