El invierno que no se acaba.

Está cayendo una buena nevada.

Ya dejó de ser increíble que caiga nieve.

En enero la nieve se acepta, pero a partir de febrero pasa de ser bonita, a ser jodida.

Porque cada copo que cae, te recuerda lo mucho que falta para que llegue la puta primavera.

Que ya de por sí llega hasta Mayo.

Con un poco de suerte, quizás llegue a finales de abril.

Las botas de la nieve también son una hueva.

Es la versión de las flip flops en invierno.

Son una facha.

Pocos atuendos quedan bien con ellas.

Así es que la elegancia y lo chic del invierno, se desaparece en medio de los charcos que se forman en cada esquina.

Juliana desea ansiosa que llegue la primavera.

Diego no lo dice, pero con ese color verdoso que está agarrando, el encierro y los días cortos, seguro que lo piensa.

El invierno en NY es duro.

Pero ahí la llevamos.

Buscándole el lado positivo.

Como esta vista desde mi ventana.