Cachun cachun... ra, ra...
Después de pasar un mes muy sano (de verdad muy, muy
sano)… tuvo a bien llegar el Gordo a México.
El viernes - por la emoción de verlo - volví de
golpe a la comida grasosa y al vino tinto
Pero lo pague con creces, me sentí todo el fin de
semana - morir - y de hecho estoy convencida de que estuve a punto de tener un
derrame cerebral.
Y todo este malestar tuvo que hacerse invisible
frente a mis hijos que demandaron mucho de su mamá el sábado y el domingo; arrancando
por el sábado a las 7 AM, que se me presentó Diego vestido de PUMA arriba de mi
cama, con los tacos en la mano,
“Marrame
mis tenis mamá, ya nos tenemos que ir a mi partido”
Putísima madre.
3 Motrim y un redoxón.
Párate, báñate y agarra camino a CU, al último
partido del 2015 dónde además tocaba entrega de medallas y convivio.
- “Juliana ¿qué nos tocaba llevar?”
- “Nada mami, ya nos sacaron de la cadena de los
convivios porque a ti ya papá, siempre se les olvidaba el refrigerio y/o la
hidratación (así le llaman los Pumas al agua)”
Llegamos al campo 11 - a encontrarnos con un grupo
de padres muy emocionados - como cada sábado, con sus pants elegantes y parafernalia
diversa de los pumas; pero esta vez, todos portando gorros de santa Claus.
Nadie en mundo, nadie, más que los papis y las mamis
de un “pumita”, tiene la capacidad para echar porras tan fuertes, en sábado, a
las 8:30 de la mañana.
Mi malestar iba en crescendo cada porra, pero aguantaba haciendo respiraciones; al
medio tiempo, todos los papas se pusieron a cantar Rodolfo el Reno y entonces
sí, me tire a llorar en brazos de Juliana, quien me decía,
- “Ya mero se acaba mami”
Los niños acabaron el partido y vinieron corriendo
por sus gorros de Santa,
- “¿Y mi gorro mama?”
(Kiko te voy a matar).
- “Nadie le dijo a mamá, que había que traer gorro
Una mama cercana me dice,
- “No te agobies, yo le presto una nariz de Rodolfo”
Diego se puso su nariz de Brozo y corrió a unirse
con su equipo, para recibir esa medalla, todos vestidos como unos verdaderos
payasos y con la nariz pintada con el lipstick rojo de su mamá.
De verdad, Dios santo.
La entrega de la medalla tomó una hora y cuando
pensé que el purgatorio estaba por terminar, escuche a un señor en pants, reuniendo
a todos los papás frente a las gradas.
Empezaron a sacar tripies, cámaras de video, buscar
lugares… no entendía la conmoción…
- “Juliana ve e investiga mi amor…
Regresa y me dice,
- Me dijo el entrenador de Diego que ahora se suben TODOS
los equipos juntos al estrado, les vamos aplaudiendo, y al final cantan juntos
Rodolfo el Reno…”
Ni a putazos.
Corrí a buscar a Diego que estaba en fila con su
equipo.
Le digo en quedito,
- “Ven amor…”
El grita,
- “No mamá, vamos a cantar...”
- “No, tú ya vente… hay que escaparnos, esto se va a
poner de flojera, te lo juro.”
- “No mamá, no mamá, no mamá…”
Todos ya volteando a ver a la perra mamá que quiere
acabar con la fiesta.
Ya llorando y sin salida ante mi dolor,
- “Te compro todos los chilitos que quieras en la
tienda”
Ok.
Recibí miradas espantosas, de gente espantosa,
vestida con su gorro de santa Claus, mientras tome a un hijo de cada mano y me
salí corriendo.
A lo lejos se escuchaba el imparable… cachun, cachun
ra, ra…
Cabrones entusiastas.
Bájenle tres rayas, que apenas tenemos 6 años…
Jajajajja, te entiendo perfecto!
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