Put me in the list.



5:30 cita en Lenox Hill.
Me tienen que hacer un scan de los riñones.
La radióloga tiene cara de pocos amigos y una muy mala actitud.
Me escanea durante media hora, ambos riñones.
Habla poco.
Yo veo bolas, puntos y agrupamientos extraños en la pantalla, pregunto si todo está bien.
Ella me ignora.
Sigue examinándome hasta que me dice, súbete las mallas mientras veo los resultados con el Doctor.
El vendrá a verte.
Odio esos momentos esperando en los consultorios, son eternos.

Me encuentro una revista de HEALTH y me pongo a leer un artículo de la salud en las mujeres de 40.
Pésima idea.
Renal failure es uno de los subtítulos.
Pateo la banquita nerviosa.
Y de pronto regresa la cabrona que me examinó, sin el doctor. Me dice,
- Ya te puedes ir, contacta a tu Doctora inmediatamente.
Yo le digo,
- Whaaaaat? Qué pasa? Inmediatamente? Hay algún problema?
Me responde que ella no puede decirme nada, que tengo que esperar y hablar con mi doctora.
Le digo,
- No puedes decirme “nada” pero me dices que llame a mi doctora inmediatamente, con lo cual ya me dijiste “mucho”

Ella responde,
- No he dicho nada de eso.

Pendeja.
Me salgo de ahí azotándole la puerta.
Encabronada y llorando, le marco a mi doctora que obviamente ya no está en el consultorio. Me contesta la grabadora diciéndome que si es una emergencia llame al 911.

Para las 10 de la noche ya estoy a punto de marcar.
(911).

Siento que tengo una condición mortal.
Un riñón malo o quizás los dos.
¿Ahora quién me va a donar un riñón?, ¿quién va a ser compatible? ¿Mi hermano? ¿Y si no quiere?

Voy a llamar a 911 para que me pongan en la lista para recibir un riñón.
De los donadores.
Me van a decir,
- What list Maaaam?
Yo,
- The kidney list!!! Just put me in the list!

Kiko me dice ejemplos, si tuvieses algo malo “tendrías los labios blancos”
Mi mamá me dice, "si tuvieses algo malo te sentirías muy mal con los cólicos renales”
(Haz de cuenta que los conoce).

Me veo en el espejo y sí carajo, tengo los labios blancos, también tengo los cólicos renales, los siento por la espalda.

Me lleva la chingada, me voy a morir.
Otra vez.

En la mañana llamé a la doctora muy temprano.
La enfermera me escuchó “así de enloquecida” contarle mi historia con la radióloga de Lenox Hill.
Ella se enojo más que yo.
Me dijo que esa gente era muy tonta y se ofreció a comunicarme con mi doctora lo más pronto posible.
La verdad es que me tranquilizó.

Mi Doctora me llamó una hora después.
En resumen,
Todavía no me tengo que poner en la lista.

Y eso me hace sentir muy bien.



No comments:

Powered by Blogger.